(Perdóneseme la ausencia.)

Publicado en por Leopoldo Navarro

(Perdóneseme la ausencia. Es porque a Griselda, en sus 15 años, la puso en flor el humano llamado de las hormonas, colocó su cuello bajo los colmillos de una persona venida a camionero, vivió doscientos cuarenta y tantos días creciendo su pasmo, esperanza, dudas, caricias pero no muchas, angustia,  incertidumbre, panza, miedo,  preguntas contestadas con advertencias de condenación eterna, expulsión de paraísos domésticos, soledades cada día nuevas y crecientes, arrepentimientos y sólo la oscura, nueva y asfixiante compañía de un nudo, muchos nudos que jamás habría una segunda oportunidad para perfeccionar. Fue piadosamente orillada por obra, omisión, oración y legislaciones de quienes hicieron todo lo necesario para sustituir sus derechos por un dogma religioso que aplastara cualquier posibilidad de esperanza traducida en oídos para escuchar, bocas para perdonar y ciencia para remediar, y se ahorcó. Tal vez así sea esto de volver a la prehistoria.) (P.S. de la ausencia: Van 33 en este año, y contando.)

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post
G
Hola, Leopoldo, me  agrada tu poesía, ya la conocía de antes, pero esta me parece más críptica, no obstante alivia el alma
Responder
L
ME DUELE LEER UNA NOTA DE ESTE TIPO EN PLENA PRIMAVERA .SIENTO VIVIR POR MOMENTOS ENTRE SOMBRAS Y NIEBLA FRIA . 
Responder